domingo, 3 de marzo de 2013

South Aisa in 2040: China & India.

Que el poder económico y militar está girando hacia al sudeste asiático es algo que se comenta hasta en el Hogar del Jubilado. Al respecto, el Ministerio de Defensa británico acaba de publicar un estudio-prospección de cómo estos cambios modificarán las relaciones de esta importante región, tanto dentro de ella como de ella hacia el resto del mundo. Y algunas cositas nos afectan.

Dicen los Tommies que USA seguirá siendo la única superpotencia militar, pero que China e India habrán avanzado tanto, debido al crecimiento exponencial de sus presupuestos, que estarán en condiciones de formar una especie de G3 sobre el que se basará la gobernanza mundial. Sin su conformidad será imposible intervenir ni en el Mar de China ni en el Índico ni en el Pacífico como mínimo, y además habrá que atender sus demandas sobre participación en el ciberespacio, el espacio y los recursos de Oriente Próximo (vg. petróleo).

El remimbi será, sin duda, la moneda más negociada en los mercados, y podrá alcanzar el status de moneda refugio, pero el dólar seguirá siendo la principal moneda reserva. Ni mu del euro. La UE seguirá siendo la curta potencia comercial, pero solo eso; comercial, y ello si consigue salir de la postración en que ahora se encuentra, por que si no... emergentes vienen pidiendo paso. De la que no nos libramos ni en Europa ni el resto del Western World es del cambio del modelo de vida: se acabaron los recursos baratos (es decir, nos enteraremos de que hoy son baratos). Luz, gasolina, gas, materias primas, todo se va a encarecer por el fuerte crecimiento de la demanda ¿de quién? Muy bien; de China e India. Es más, si dicho encarecimiento se solapa con la atonía de nuestras economías, el proteccionismo estará llamando a nuestras puertas no en 2040, sino pasado mañana.

Pero todo esto no les va a caer del cielo; tanto China como India tendrán que emprender importantes reformas internas sin las cuales tendrán muy complicado alcanzar dicho estatus, al menos sin poner en riesgo la estabilidad social. Y aquí también hay tela; habrá que ver, por ejemplo, como gesitonan la ampliación de la democracia o lo que les costará a ambos edificar un mínimo aparato de protección social (¿véis? no he dicho Estado del Bienestar).

Donde no hay que esperar al 2040 para ser testigo de tensiones es en el ámbito de la tecnología. El carrerón que ambos llevan es de órdago, y estaría ya a la altura del nivel occidental. Es de esperar que dicho dinamismo atraiga cada vez más inversión tecnológica y que la zona se convierte en el principal hervidero de innovación. Y con ello tendremos en las primeras planas, un día sí otro también, las disputas sobre la propiedad intelectual.

En fin, un mundo lleno de ilusión y oportunidades, en el que nuestros hijos van a tener que ganarse la vida. ¿Los estamos preparando para ello?

Informe Completo


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