Alina Tunged, periodista del New York Times, trata este tema en su columna, y se pregunta si es bueno callarnos todas las quejas.
Dice que, como nos pasa a muchos, no soporta a la gente que siempre está quejándose de la misma cosa, pero reconoce que no cree que haya nunca un mundo libre de quejas. Y que, tal vez, no debería de haberlo.
Dice que, psicológicamente, no es muy sano tragarse todas las quejas, pues el hecho de no quejarse no significa que la insatisfacción desaparezca. Además, pequeñas quejas han servido toda la vida para romper el hielo en conversaciones con desconocidos (el tráfico, el tiempo, el retraso del autobús,...) Pero el Sr. Bowen no está de acuerdo ni con esto último. Alega que está demostrado que las quejas modifican la actitud de las personas, y que pueden acabar dañando su salud y/o su carrera. Él simplemente sugiere abrir estas conversaciones con un comentario positivo.
Pero también advierte que eso no significa que debamos resignarnos cuando algo no nos gusta. Lo que propone es que, cuando nos encontramos ante algo que no nos guste, nos dirijamos a la persona responsable de ello y, en tono frío y neutral, comuniquemos nuestra insatisfacción y le hagamos saber que esperamos una reparación. Nada de comportamientos histriónicos, y menos ante otras personas que nada pueden hacer por remediar nada.
La Sra. Tugend concluye que puede ser bueno quejarse, pero que si la queja no va acompañada de una acción dirigida a mejorar la situación, lo único que conseguiremos será sentirnos más víctimas y totalmente desprotegidos.
¿O, tal vez, cuando nos quejamos no estamos buscando una solución para un problema? ¿O, tal vez cuando nos quejamos solo pretendemos encontrar escusas para tapar nuestras propias deficiencias?
El señor Bowen no tiene motivos de queja. Ha recopilado todas las reflexiones de su página web y acaba de publicar un libro con el mismo título que está vendiéndose como rosquillas en los USA. Y os garantizo que, antes de que acabe el año, lo tendremos publicado aquí.
Lo dicho: quejarse sí, pero acompañada de una acción y un propósito.
Artículo original en el NYT
http://www.acomplaintfreeworld.org