miércoles, 27 de agosto de 2014

Educados para Gastar


A través de José Luis Sánchez, (publicidad: ingeniero de software noveldense y editor de la web www.alanit.com, de la que podéis descargar programas muy útiles para el día a día. Fin publicidad), me ha llegado un post publicado en Acción Preferente cuyas reflexiones no puedo dejar de compartir.

Lo que dicho post nos dice es que el verdadero motivo por el que tenemos incentivos para trabajar más no es ganar más dinero, como en principio pudiera parecer, si no gastar más dinero. Absurdo, ¿verdad? Pues si gano más dinero para gastar más acabaré teniendo lo mismo que cuando trabajaba menos, ¿no? Pues espera y verás.


El autor, un ingeniero canadiense que vuelve a trabajar después de recorrer el mundo como mochilero durante nueve meses, llega a esta conclusión tras comparar sus hábitos de compra una vez vuelto al trabajo con los que tuvo durante su periplo por el mundo, y eso que tenía mucho más tiempo libre y se movía por grandes ciudades, varias de ellas más caras que su Canadá de origen. Pasó de gastar en un día con menos de 10 dólares a sentir esa agradable sensación de soltar un par de billetes de 20 dólares sobre el mostrador sin haber calibrado previamente la necesidad de lo que compraba.

Su conclusión es brutal: estamos educados para gastar. Todo lo que nos rodea, desde el mismo momento en que abrimos los ojos, nos incita a gastar, a consumir. De hecho, asegura, el prestigio en este mundo se obtiene gastando, no ahorrando. ¿Para que quieres tener 20 millones en el banco si no es para gastártelos? Porque, si no te los vas a gastar, con 200.000 basta, ¿no? Ó 20.000. Ó 2.000... O dándole la vuelta a la tortilla: ¿Para qué quieres ganar más si no es para...? Pues eso.

Y esto, que en principio parece un hábito particular del tipo "allá cada uno con su vida", tiene un problema que nos afecta a todos por igual; y es que el planeta no puede seguir soportando el ritmo de extracción de recursos necesario para mantener el aumento constante de producción que este consumo irracional demanda.

Al final estamos ante un tema educacional: se nos educa para ser obreros cualificados y grandes consumidores. ¿Por qué creéis que el estado se empeña en que aprendamos inglés? ¿Para conseguir un puesto mejor remunerados y ser mayores consumidores o para poder leer a Shakespeare en su lengua original (lo cual, sin duda, debe producir una satisfacción mayor y más duradera que comprar una consola de 500 eur.)?

Pues sí; muchas cosas que cambiar y toda una forma de vida que desmontar. ¿La recompensa? Equilibrio interior con nosotros mismos y exterior con la naturaleza que nos rodea.

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