sábado, 15 de marzo de 2014

¡Nuevo nombre y nuevo diseño del Blog!

¡He actualizado el nombre y el diseño del Blog! Y, de alguna manera, también su filosofía.



Si recordáis, escribo este blog para reflexionar sobre los cambios que tienen lugar en nuestra época. Tras un año de observar, analizar y compartir, estoy más perdido que cuando empecé, lo que demuestra la completa inutilidad del invento. Pero sí que he sacado algunas conclusiones, ciertamente algo enclenques, pero por lo menos me ayudan a clasificar lo que veo. A ver como os lo cuento:

1) Conexión: Las redes sociales y los smartphones han “tumbado” Internet. Una red que hasta entonces era vertical, que funcionaba con los de “abajo” recibiendo información de los de  “arriba”, es utilizada ahora por los de “abajo” para seleccionar esa información y compartirla en “horizontal”. Como el número de usuarios se ha disparado hasta casi el infinito (2.400 mill. estimados en 2013), los de “arriba” han perdido el control de la información, de tal manera que lo más conocido y comentado es lo que la masa elegimos y compartimos. Es como un proceso de Selección Social; cada vez que compartes, estás eligiendo quién vive y quién muere. En este sentido, podemos decir que los de “abajo” somos los dueños de la información. NOTA: Buen momento para releer “La Rebelión de las Masas”

2) Emoción: esta conexión ha facilitado una explosión emocional sin parangón desde el Romanticismo. Una red que fue inventada para transmitir conocimiento se ha visto copada por la transmisión de emociones. Quiero decir, ¿qué es lo que compartimos? Pues lo que nos gusta. Punto. Imagen de amanecer sobre el mar. Letras de colorines: “Comparte si te gusta la vida”. 200.000 shares. No juzguéis; es lo que hay. Y aquí viene la otra, la neurociencia. Porque resulta que hay por ahí miles de malignos científicos que dedican su tiempo a estudiar nuestro cerebro, a saber porqué nos gustan unos cosas y otras no, a conocer porqué nos comportamos como nos comportamos. Vamos que saben más de ti que tu novia, tu madre y tu suegra juntas. ¿Sientes el miedo? Pues deberías.

3) Comportamiento: ¿Y esto nos influye en algo? ¡Nos ha jodido! Ya no jugamos como antes. Ya no ligamos como antes. Ya no nos comunicamos como antes. Ya no protestamos como antes. Ya no trabajamos como antes. Ya no compramos como antes. De hecho, lo único que hacemos como antes es nacer, morir y hacer a los ricos más ricos. Y los malos lo saben, y evolucionan para poder seguir siendo los malos. Porque el Doctor No, Moriarti, Satanás y el Gran Hermano siguen ahí. Llevan nombres falsos, pero siguen ahí; se adaptan. Quieren seguir teniendo el poder, llevar las amarras, controlar el cotarro, vamos. Pero el entorno no para de cambiar, todo es muy confuso y no saben muy bien qué funciona y qué no. Están haciendo pruebas, y va a haber tiros, muchos tiros.

Lo dicho. Más perdido que antes de empezar el blog. Pero sigo adelante; prometo estar atento a todo lo que lea, a desconfiar de ello, a pensar sobre lo que pretende y a intentar comprenderlo y encajarlo en este fascinante proceso de cambio que estamos viviendo. Y todo ello desde el interior de un nuevo y gigantesco animal compuesto por más de 6.000 millones de cerebros conectados, que solo necesitan un smartphone para compartir lo que sienten y lo que saben, una enorme masa que cubre todo el planeta y que de momento, aunque parezca que se mueve, solo vibra. Ni siquiera se ha puesto en pie.

2 comentarios:

  1. Hola Manolo, es la primera vez que entro a tu blog y te diré que como mínimo incita a estar vigilante y atento a lo que ocurre a nuestro alrededor y en nuestros bolsillos -lo digo por el smartphone, no por la cartera, que ese tema lo doy por perdido-.
    En fin, que te seguiré la pista por estos lares e iré recuperando entradas antiguas para ponerme al día de tus puntos de vista.
    Por cierto, el diseño me gusta, aunque no lo puedo comparar con el antiguo, ya te he dicho que no había entrado.
    Una forta abraçada "Xicot".

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  2. Gracias, José Luis. Seguimos en contacto y compartimos, que hay mucho de lo que maravillarse. Un abrazo.

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