jueves, 20 de febrero de 2014

No es culpa tuya; es de tu cerebro.

Hace tiempo que sabemos que el cerebro, como un órgano más de nuestro cuerpo, ha evolucionado adaptándose al entorno para hacernos la vida más fácil y así poder sobrevivir. Lo que empezamos a comprobar ahora es cómo, dentro de este proceso de adaptación, el cerebro ha ido desarrollado auténticas estratagemas que no dejan fuera la modificación de la realidad.

Masahble.com, una web dedicada a noticias, información y recursos sobre el interconectado mundo de las redes sociales, publica un divertido artículo sobre cinco de estas estratagemas y de cómo éstas acaban convirtiéndose en malos hábitos. Divertido y curioso.

1. Siempre tenemos razón: la estratagema se llama choice-supportive bias. Se activa cuando defendemos hasta el final una idea que tengamos o una decisión que hayamos tomado. Podemos dudar días, pero una vez tomemos la decisión creeremos con una firmeza inquebrantable que es la mejor de las ideas o la mejor de las opciones, digan lo que digan los demás. Cambiar de opinión está solo al alcance de unos pocos privilegiados con la capacidad mental para hacerlo. No es tu caso. No te preocupes; no es tu culpa, es de tu cerebro.

2. Si corres más no llegas tarde: está ligada a la velocidad y se conoce como time-saving bias. Te hace creer que si corres lo suficiente puedes recuperar el tiempo perdido o ganar más tiempo para otros asuntos. Sencillamente no funciona; siempre llegarás tarde y acabarás culpando al tráfico o a alguna otra cosa que te ha entretenido. Mentira; no por mucho correr amanece más temprano. No es culpa del tráfico ni tuya. Es de tu cerebro, que te ha vuelto a engañar.

3. Deja para mañana lo que no te apetece hacer hoy: se trata de ese agradable sentimiento que nos dice que no pasa nada si aplazamos un poco más una tarea pesada que no nos apetece hacer ahora. Conocida como Pollyana bias, tu cerebro te irriga de relajación y felicidad diciéndote que no te preocupes, que hay tiempo, que el mundo no se acaba esta noche... hasta que ya es muy tarde y no hay más remedio que correr y sufrir estrés. Tranquilo que no es culpa tuya, que es de tu cerebro.

4. No hay mal que cien años dure: esta estratagema se conoce como positive-expectation bias y hace eso, pensar que esta vez sí, que esta vez las cosas van a cambiar y todo nos va a ir mejor. Otra trola. Las cosas no mejoran por el simple hecho de que, hasta ahora, hayan ido mal; son otros los motivos que explican estos cambios. Pero nos viene muy bien pensar que, tras una mala racha en el juego o en el trabajo, siempre va a venir una buena. Hasta los de la Biblia picaron con eso de las vacas flacas y las vacas gordas. Pero ya sabes, no es culpa tuya....

5. Reconocer un mal hábito es el primer paso para cambiarlo: ni de coña. Tu cerebro no va a ayudarte a resolver problemas que ha tardado millones de años en crear para ti. Y ello se debe a que el cerebro activa diferentes partes según estés pensando en ti (el Yo) o en otras personas (el Otro), y resulta que, átate los machos, cuando piensas en ti mismo pero en el futuro las zonas que se activan son las de ¡¡el Otro!!, con lo que el cerebro no se va a tomar mucho interés en resolver algo que no le incumbe personalmente. Así que tranquilo, que no es tu culpa.

Y como éstas mil. Si es que la realidad es muy dura, y adaptarse a ella nos ha obligado a hacer cosas que ahora empezamos a saber y cuyos efectos comenzamos a calibrar, nos gusten o no. Porque como dijo una vez un tal Eduard Punset, saber más no es sentirse mejor.

Enlace recomendado:
Mashable.com: 5 Bad Habits You Can Blame Your Brain For



No hay comentarios:

Publicar un comentario